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Desconexión entre organizaciones deja sin diálogo para frenar el paro nacional



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Diversos sectores, incluyendo la Iglesia Católica, universidades, y alcaldes, han hecho un llamado urgente al diálogo para poner fin a 11 días de paro nacional en Ecuador, enfocado principalmente en Imbabura. Sin embargo, los intentos por instalar la mesa de negociaciones han fracasado o han sido deslegitimados. Por ejemplo, un encuentro planificado entre la gobernadora de Imbabura y líderes de la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (Unorcac) no se concretó por la inasistencia de los dirigentes. De manera similar, un anuncio de tregua y diálogo por parte de la Federación de los Pueblos Kichwa de la Sierra Norte del Ecuador (Chijallta FICI) fue rápidamente desconocido por el pueblo Kichwa Karanki. Los líderes que rechazaron el acuerdo acusaron al presidente de la FICI, Mesías Flores, de negociar por beneficios personales y lo revocaron de su cargo. La condición principal para suspender la movilización es la derogación del Decreto Ejecutivo 126, que eliminó el subsidio al diésel, y la liberación de los manifestantes detenidos.


Este panorama de desarticulación se extiende a la dirigencia indígena, donde existe una desconexión entre los líderes locales que encabezan la protesta en Imbabura y la dirigencia nacional de la Conaie. La dirigente local Pacha Terán criticó la convocatoria de la Conaie a un Consejo Ampliado en Quito, argumentando que los protagonistas de la lucha están en Otavalo y no se desmovilizarán. El catedrático Ariruma Kowii coincidió en que esta diferencia, junto con la "invisibilidad" de la dirigencia nacional y la política del Gobierno, genera dispersión en la protesta. Mientras tanto, organismos como la ONU y varios alcaldes (incluyendo el de Cuenca, que ofreció su ciudad como sede) han instado a las partes a mostrar voluntad política y generar confianza mutua para evitar la escalada de conflictividad.


FUENTE: Diario El Mercurio

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